esencia

Dicen que el camino más largo es hacia el interior: dura toda la vida. Y que solamente podemos cambiar el mundo si cambiamos por dentro. En realidad, creemos que nos transformamos y lo que hacemos es encontrarnos con nuestra propia esencia. Porque la única tarea del ser humano es SER humano y el propósito de la vida consiste en VIVIR: te invito a ser TÚ, tu ser auténtico.

Páginas

jueves, 28 de julio de 2011

Cosas que pasan

Ver para creer

Miles de indignados e indignados llegaron el sábado a Madrid en la denominada "marcha indignada". Pies, para qué os quiero. Me sigue alegrando que haya quien se mueve para mostrar su indignación. Bajo el lema "no es la crisis, es el sistema", cientos de personas se desplazaron hasta la capital desde diversos puntos de España. La puerta del Sol volvió a llenarse de gente y una vez más, la iniciativa se ha concretado, en este caso en el I Foro Social del 15M. Viendo estas imágenes, me contagio de esperanza en un mundo mejor. Y ahora, de aquí a Bruselas.

Durante unos días, pensé que lo único que había ocurrido en nuestro país era la dimisión del ahora ex presidente de la Comunidad Valenciana. No justifico de ninguna manera la corrupción política y también creo en la presunción de inocencia como eje fundamental de nuestra justicia. Ahora bien, me sorprende que arremetamos contra el señor Camps -justificadamente o no- y no se nos ocurra "meter mano" a lo que ocurre en el resto de partidos ni a lo que hacen el resto de políticos. Los pocos colegas que siguen trabajando me hablan de viajes de lujo, de favores y de fines de semana regalados a los altos ejecutivos de sus empresas. Si eso sigue ocurriendo en el mundo empresarial, no sé si quiero saber lo que pasa en el ámbito político.

Hay quien asegura que a la izquierda le viene muy bien todo esto para desviar la atención de los 5 millones de parados. Lo que me sorprende es que la derecha también haya caído en el mismo saco y se dedicara a hablar de Camps mientras se aprobaba la jubilación a los 67 años de edad. Como si no pasara nada.

Y mientras tanto, millones de personas a punto de morir de hambre en el cuerno de África. A punto de MORIR. Porque no tienen NADA que comer. Me costó encontrar la noticia de la hambruna en el diario El País. Estaba en portada, sí, pero me costó encontrarla. Parecía como si lo único que estuviera pasando en el mundo fuera que un señor se hizo unos trajes. Tuvo que llegar Anders Behring Beiring y asesinar a 68 personas en Noruega para que pareciera que algo más estaba sucediendo.

Ver para creer.

lunes, 25 de julio de 2011

Taizé

La fuente de la que has de beber

El Papa Juan Pablo II decía que “se pasa por Taizé como cerca de una fuente”, para continuar luego el camino. Yo lo definiría como un lugar de espiritualidad profunda y diría que Taizé es la fuente a la que todo ser humano con necesidad de trascendencia debería pararse a beber. Protestantes, anglicanos, luteranos y católicos forman parte de la única comunidad religiosa ecuménica del mundo. En la actualidad pertenecen a ella unos 120 hermanos de distintas confesiones, provenientes de una treintena de países y de los cuales 75 viven en esta aldea francesa. El resto está en Bangladesh, Brasil, Senegal o Corea del Sur. Desde siempre, el hermano Roger, creador de la orden, deseó que los hermanos estuvieran presentes donde hay divisiones y conflictos y trabajaran por la reconciliación.

Los miembros de la comunidad tienen votos de celibato, comunidad de bienes (que incluye compartir también lo que uno es) y comunión, que consiste en decidir todo en común y que sustituye al voto de obediencia habitual en las comunidades religiosas, ya que al fundador le planteaba algún conflicto tras lo ocurrido durante el nazismo.

Cada semana, en verano, entre 3.000 y 5.000 personas pasan por Taizé. En el mes de agosto se bate el récord, con unos 6.000 visitantes, procedentes de unos 80 países. Al año pasan por aquí más de 100.000 personas, lo que supone un millón de comidas al año. Los países con más visitantes son Francia, Alemania, Italia, España y Suecia. La mayor parte vienen por primera vez y son muchos los que vuelven. La mayoría es creyente. Los jóvenes europeos que llegan de voluntarios para pasar en Taizé una semana se pueden quedar hasta un año si así lo deciden. Otra opción es quedarse a hacer una semana de silencio.

La comunidad no acepta donativos, sino que se gana la vida trabajando. El trabajo de acogida sale adelante gracias a la acción de los voluntarios. Hacer la comida, limpiar, recibir a los recién llegados… todo aquel que llega a Taizé colabora de algún modo. Especialmente los voluntarios que pasan en la comunidad más tiempo, durante meses.

El 20 de agosto de 1940, el hermano Roger llegó a Taizé en bicicleta desde Suiza con la intuición de acercarse a los que estaban pasando las dificultades de la guerra. Le había marcado la figura de su abuela materna, una mujer que vivió en el norte de Francia durante la primera guerra mundial y comprendió que los cristianos tenían que buscan la reconciliación para que hubiera paz en el continente. Ella era protestante, pero iba a la iglesia católica cada día, como gesto de reconciliación, y en su casa recibía a gente que pasaba dificultades. Durante la segunda guerra mundial, inspirándose en ella, él llegó a esta aldea francesa con la intuición de acoger en casa a los refugiados políticos, muchos de ellos judíos que escapaban de los nazis. No les preguntaba quiénes eran. Durante dos años, el hermano Roger vivió en Taizé rezando y recibiendo a gente en casa. Ayudaba a los refugiados a pasar y un día no pudo volver, porque la casa había sido ocupada por los alemanes. Roger tuvo que huir a Ginebra y empezó a vivir con un grupo de amigos, estudiantes de Teología, en una pequeña comunidad, en la que nació la semilla del deseo de crear una vida comunitaria. Empezaron a rezar juntos y, en 1945, volvió a Taizé y comenzó la vida comunitaria, “con la intuición de buscar la reconciliación entre los cristianos. Desde entonces, el hermano Roger y su hermana -una pianista de 96 años de edad que dejó Ginebra para vivir en Taizé- adoptaron 20 huérfanos de guerra. Él siempre quiso que el pueblo de Taizé acogiera refugiados.

“Buscar otra manera de ser iglesia, es lo que intentamos hacer el Taizé”, me explica uno de los hermanos.

lunes, 18 de julio de 2011

Biodanza

La poética del encuentro humano
  

Biodanza es, entre otras cosas, un camino para reencontrar la alegría de vivir

El sistema fue creado en los años 60 por el psicólogo y antropólogo chileno Rolando Toro Araneda. Denominado inicialmente “psicodanza”, en la actualidad se practica en Canadá, Estados Unidos, Latinoamérica y casi todos los países de Europa, Japón y Sudáfrica. Existen extensiones y aplicaciones como Biodanza social, Biodanza para niños o mayores, en la empresa u organizaciones. 

La palabra deriva del término “Bios” -que significa “vida”- y “danza”, en su sentido original de “movimiento vivencial”.
 

Biodanza es un sistema de crecimiento personal con fines y resultados terapéuticos, orientado al desarrollo y fortalecimiento de los potenciales genéticos con los que nacemos todos los seres humanos. Según Rolando Toro, el camino hacia la salud se transita mediante su expresión. Se trata de un sistema de renovación orgánica, reeducación afectiva, reaprendizaje de las funciones originarias de vida e integración a tres niveles: con uno mismo, con los demás y con el mundo, que mejora la salud física, orgánica y emocional.  

Su principal diferencia con otros sistemas terapéuticos es que trabaja y potencia la luz, lo positivo, la parte sana de cada ser humano. No niega el dolor, sino que se centra en la alegría de vivir, la felicidad, el goce, el placer. Sin trabajar la “sombra” directamente, las heridas y la oscuridad se transforman, mejoran o sanan. Considero que ese es su gran acierto y, también, su talón de aquiles, ya que en ocasiones puede ser necesario trabajar esa otra parte oscura que se aborda através de técnicas como, por ejemplo, Bioenergética.  

Se trata de un sistema vivencial en el que no se trabaja desde la reflexión consciente sino desde la vivencia: una experiencia intensa que se experimenta en el aquí y ahora y abarca a la persona en su totalidad, incluidos su cuerpo y sus emociones. Induce vivencias integradoras que reorganizan las respuestas frente a la vida y son capaces de modificar la existencia humana a nivel inmunológico, homeostático, afectivo-motor y existencial. Durante la sesión se accede a las emociones y a los instintos desde vías distintas de la cortical, sin utilizar la palabra, tratando de equilibrar los tres centros: racional, emocional e instintivo. La “clase” se organiza en una curva que equilibra los sistemas simpático-adrenérgico (mediante danzas adrenérgicos) y parasimpático-colinérgico (mediante danzas regresivas) y favorece el equilibrio neurovegetativo.  

Biodanza utiliza como herramientas la música, el movimiento corporal y ejercicios de comunicación en grupo o el encuentro entre las personas. Incorpora a nuestra danza existencial los movimientos naturales perdidos y la emoción que nos vincula con nosotros mismos, con el otro y con la naturaleza, creando una danza integrada que refuerza el equilibrio orgánico, psíquico, mental y emocional del ser humano. Inspirada en los orígenes más primitivos de la danza, la propuesta consiste en activar, mediante ciertas danzas, potenciales afectivos y de comunicación.  

Uno de los objetivos principales de Biodanza es transformar los estilos de vida, creando condiciones saludables que aporten al ser humano alegría de vivir, autoestima, mejoras en su calidad de vida y una mejor relación consigo, con el otro y con el entorno. Personalmente he experimentado que así es, y no hay más que ver la evolución de los integrantes de cualquier grupo regular a lo largo de los años. Ese es, desde mi punto de vista, el gran reto de Biodanza: no limitarse a acudir al "laboratorio" una vez por semana sino salir al mundo y aprender a danzar la vida. No siempre acertamos a hacerlo los "biodanceros" y "biodanceras".

Según su Modelo Teórico, el sistema se desarrolla en cinco líneas de vivencia: vitalidad (el ser humano expresa la vida en movimiento), afectividad, creatividad, sexualidad y trascendencia, siendo la afectividad el núcleo integrador de todas ellas. Biodanza trabaja estimulando las funciones poco desarrolladas para poder integrarlas en toda su plenitud y armonizarlas con las otras.  

Parte de un principio de conexión con la vida, el principio biocéntrico, según el cual el universo es un ser vivo en continua renovación, que posee una inteligencia universal innata que va más allá de la inteligencia consciente de cada individuo y conduce hacia la creación y conservación de la vida. Este principio sitúa la vida en el centro.  

Rolando Toro propone el concepto de Inconsciente Vital, la sabiduría del organismo, las células, los tejidos y los órganos, que responde a un impulso de autoconservación y posee una gran autonomía con relación a la conciencia y al comportamiento humano. Biodanza trabaja sobre él, produciendo cambios positivos sobre los estados de humor y el bienestar. Otros conceptos importantes son los de feedback o principio de reciprocidad hacia el otro/a y autorregulación: no ir más allá de los límites del propio organismo.

En España, donde se practica desde hace casi 20 años, los profesionales de Biodanza se agrupan en torno a la red Biodanzaya. Cada año, en el puente del Pilar en el mes de octubre, se celebra un encuentro nacional organizado en cada edición por una de las escuelas de nuestro país.

En conclusión, se puede intentar expresar con palabras lo que es Biodanza. Ahora bien, la propuesta es experimentar y aprender, danzando, a danzar la vida.
.


domingo, 10 de julio de 2011

Willigis Jagger, en Madrid

La espiritualidad de la vida real

“Si creer en Dios es creer en un Dios que está ahí arriba, yo soy ateo”. Son palabras de un monje benedictino que, además de religioso católico, es maestro zen. Willigis Jagger visitó Madrid acompañado de Alexander Poraj, al que conozco personalmente y tengo el placer de haber participado en alguno de sus talleres.

“Ni las confesiones religiosas ni la ciencia nos dicen quiénes somos” y ahí es donde hace su aparición la espiritualidad. Willigis Jagger está convencido de que “Dios es otro nivel en nosotros”, al que denomina “divinidad” o “fondo originario” y critica que “la espirtitualidad ha salido de las iglesias”. Pone como ejemplo las clínicas de reducción de estrés de Kabat-Zinn en Estados Unidos, llenas de empresarios.

Para recorrer el camino espiritual, Jagger aconseja buscar un guía que ya lo haya transitado. Para él, tanto el zen como la mística cristiana consisten en “no querer ni hacer, sino soltar el yo” -que es diferente de la verdad-, salir de los límites del yo y SOLTAR. “Mientras permanezcamos en el yo seguiremos matándonos”, asegura, y por eso propone “encontrar el camino que nos saque de los límites del yo”. Para ello es imprescindible el ejercicio personal, que consiste en estar presente, porque “cualquier experiencia surge de nuestro presente”. Es en la estructura del yo donde “se manifiesta la divinidad”, que es “nuestra verdadera naturaleza”. Es decir, “el yo es una manifestación del fondo originario”, aparece de él, pero “se independiza y deja de estar unido a él”. Ante ello, Willigis invita a “salir de las estructuras” para poder “comprender la amplitud del ser”. Porque, como dice el título de uno de sus libros, “la ola es el mar”.

Jagger se refiere a la práctica del zen como contemplación y explica que existen tres niveles: el institucional, de la comunidad religiosa; el intelectual, que comprende la teología, la filosofía y la metafísica y el espiritual, que se refiere a la mística o trascendencia y que va más allá, porque consiste en trascender lo mental. No se trata de “quitar la cabeza”, sino de “abrir el corazón”, puntualiza Alexander. El ex director de una red de hospitales psicosomáticos en Alemania y también maestro zen considera que, frente a las especulaciones religiosas de la reencarnación (en el sentido de prolongación lineal de la vida) o la metafórica del cielo-tierra, “el reino de Dios está aquí” e insta a “vivir momento a momento”. Es importante “darnos cuenta de quién somos siempre” porque “la vida no es un colegio para aprobar exámenes”, sino que “el sentido de la vida es ser vivida”. Y desde ese punto de vista, “la vida tiene sentido”. Por lo tanto, “la espiritualidad no es una explicación de la vida” sino “una manera de vivirla”, que “no da respuestas, sino que quita preguntas”.

La clave consiste en VIVIR. “No se trata de llegar, sino de no huir, no vaciarnos sino no llenarnos”, porque “somos vacío”. En esencia, “la experiencia es ser uno con lo experimentado”, igual que solo se puede tener experiencia de la humedad al meter el dedo en el agua, por ejemplo. Por lo tanto, “la experiencia es el camino”. En este sentido, “la mística es una no actitud” y el secreto, “dejar de hacer algo, a plena conciencia”.

Alexander Poraj explica la diferencia entre espiritualidad y “mercado esotérico”, que produce sensaciones agradables. Para él, “sentirse bien no es un punto de medida para el camino espiritual”. Sí puede conducir a alcanzar una estabilidad, pero “las promesas de experiencias a corto plazo no funcionan”. Así que ante tanta oferta y promesa de falsa espiritualidad propone, “al menos, dudar”. Un gran consejo en un mundo en el que a menudo no es fácil diferenciar el grano de la paja. “Espiritualidad es una manera de ser” y con ella, los problemas son distintos y se ven distintos, uno se convierte en portador de ideas diferentes y se comporta de otra manera en este mundo. “Si yo cambio, el mundo cambio”, recuerda Willigis, que sentencia: “como especie necesitamos este camino”.

El encuentro finaliza con un ejercicio de meditación, que consiste en percibir, vivir la amplitud del silencio, experimentar el vacío-presente, ABRIRSE. Se puede hablar de espiritualidad, filosofar y divagar. Pero la trascendencia solamente se experimenta viviéndola. La propuesta es sencilla: sentarse a meditar.

domingo, 3 de julio de 2011

¿Estamos mutilados/as?

¡Somos seres completos!

Claudio Naranjo explica que, “en un lenguaje anatómico, poseemos un cerebro visceral, que compartimos con todos los reptiles; otro emocional, como el resto de los mamíferos y el racional, que es el último que se ha desarrollado y, sin embargo, ha acabado imponiéndose a los otros dos. Es como si en nuestro interior lleváramos a tres personas: una de tipo intelectual-normativo, que sería el padre; una persona emocional, que representa el principio del amor, que es la madre, y una instintiva, que sería el niño/a. Pues bien, en la sociedad actual, lo que denominamos la civilización, predomina el cerebro racional y tiene lugar el imperialismo de la razón sobre lo emocional y lo instintivo”. Este psiquiatra chileno critica que en nuestro sistema educativo “las emociones están prohibidas y lo instintivo aún más”, cuando “para que la persona esté sana en una sociedad sana sería preciso el equilibrio entre los tres cerebros”. En Biodanza también se habla de equilibrar los tres centros (instintivo, emocional y racional); de otro modo, estaremos "disociados", como decía el creador del sistema, el psicólogo Rolando Toro. En algunas tradiciones orientales, como Medicina Tradicional China, pensar demasiado se considera una enfermedad. Y desde el ámbito científico, en los Programas de Reducción de estrés según el método Midfulness (Conciencia Plena) se habla de “vivir desde la cabeza y no con el cuerpo” como uno de los factores causantes de estrés. Desde mi punto de vista, es una de las principales patologías de nuestro tiempo. 

Qué maravilla cuando utilizamos la cabeza para pensar y dar vida a grandes ideas; qué gran experiencia cuando ponemos nuestro cerebro a nuestro servicio. Y no digamos si logramos que obedezca al corazón. “Donde el corazón te lleve”, escribe Susanna Tamaro. Desafortunadamente, a menudo nos limitamos a utilizar nuestra función racional-cortical y usamos nuestras capacidades visceral y emocional para vivir, por ejemplo, una sexualidad dañina, cometer actos de violencia o estallar emocionalmente en el momento menos adecuado y con quien menos se lo merece. Afortunadamente, herramientas como la regulación emocional o el trabajo cuerpo-mente están a nuestra disposición. 

Los yoghis llevan siglos practicando y las grandes tradiciones espirituales predicando que existe relación entre el cuerpo, la mente y el espíritu. También los místicos cristianos como San Juan de La Cruz o Santa Teresa de Jesús, aunque en su caso a través del dolor corporal. La visión de hombres como el hermano Roger de Taizé, -que eliminó los bancos de la iglesia de esta comunidad monástica francesa, además de por una cuestión de austeridad, porque estaba convencido de que “a Dios se llega desde el suelo"-, corrobora las actuales investigaciones en Atención Plena sobre la relación entre cuerpo y mente.