esencia

Dicen que el camino más largo es hacia el interior: dura toda la vida. Y que solamente podemos cambiar el mundo si cambiamos por dentro. En realidad, creemos que nos transformamos y lo que hacemos es encontrarnos con nuestra propia esencia. Porque la única tarea del ser humano es SER humano y el propósito de la vida consiste en VIVIR: te invito a ser TÚ, tu ser auténtico.

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lunes, 8 de noviembre de 2010

Dormir en un hospital

Compartiendo habitación e intimidades

Visito junto a otros colegas de profesión las obras de construcción de un nuevo hospital en una ciudad del norte de España. Está llamado a convertirse en centro de referencia de la zona.

Lo primero que nos llama la atención es la gran magnitud del edificio: un “monstruo”, cuando nuestra intuición apunta a que lo más “humano” sería construir pequeños pabellones en amplios espacios con zona verde. Una compañera de trabajo observa lo dificultoso que tiene que ser recorrer los largos pasillos cuando uno está impedido.

Sí nos convence el hecho de que se han individualizado las cabinas de la UVI, con puertas en lugar de cortinas, para respetar la intimidad del paciente y sus visitantes.

Entramos en una habitación piloto: la mayoría serán dobles.¡Estamos hablando de un hospital que se está construyendo ahora! Si te han operado alguna vez, sabrás lo que es pasar el rato posterior a la anestesia. Vomitar acompañado no es agradable, pero al menos si quien está a tu lado es un familiar cercano o amigo íntimo, la situación se lleva algo mejor. Por no decir de las situaciones en las que uno, encontrándose mal o fatal, tiene que pasar horas con el enfermo de al lado devolviendo. ¿Alguna de las autoridades responsables de este nuevo centro ha pasado por eso?

Nos sorprende también que no hay cama de acompañante, sino butaca. Por experiencia, muchos y muchas  sabemos lo que es dormir (o intentar dormir) sentado/a durante varios días seguidos. Uno de los responsables nos ofrece una explicación que tiene su lógica: se trata de evitar que los acompañantes pasen la noche en el hospital y que éste se convierta en hotel. Así que parece que sí, que las autoridades han pensado en todo. 

Yo tengo dos preguntas: ¿se garantiza entonces que se cubra el servicio básico a los enfermos? Porque por experiencia sabemos que en muchos centros no se lava a los pacientes y son los familiares quienes efectúan las tareas menos agradables de higiene diaria; me responden que son las enfermeras quienes “tienen” que hacerlo y así debería ser. Segunda: ¿se garantiza alojamiento a los familiares que han de pasar una larga estancia fuera de casa? ¿Qué hace quien viene de otra localidad y no tiene dinero para pagarse un hostal o pensión? Parece que en principio, las autoridades han de dotar de servicios, como los pisos compartidos para familiares de enfermos de larga estancia. Me aclaran además que cada vez se tiende a acortar las estancias hospitalarias y, por lo tanto, no se contempla la posibilidad de que uno pase meses hospitalizado en este tipo de centros. ¿Se cumple todo esto en la realidad?

Por último, me surge alguna cuestión más: ¿de qué modo se prevé entonces la atención emocional al paciente? Por experiencia propia sabemos que, cuando a uno le ingresan, por pequeña que sea la intervención, se mueven muchas emociones y surgen, por ejemplo, miedos. No es lo mismo pasar la noche solo que hacerlo de la mano de tu madre, marido, mujer, hermano… ¿Cómo atiende el sistema a nuestro bienestar emocional? 

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