esencia

Dicen que el camino más largo es hacia el interior: dura toda la vida. Y que solamente podemos cambiar el mundo si cambiamos por dentro. En realidad, creemos que nos transformamos y lo que hacemos es encontrarnos con nuestra propia esencia. Porque la única tarea del ser humano es SER humano y el propósito de la vida consiste en VIVIR: te invito a ser TÚ, tu ser auténtico.

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lunes, 25 de julio de 2011

Taizé

La fuente de la que has de beber

El Papa Juan Pablo II decía que “se pasa por Taizé como cerca de una fuente”, para continuar luego el camino. Yo lo definiría como un lugar de espiritualidad profunda y diría que Taizé es la fuente a la que todo ser humano con necesidad de trascendencia debería pararse a beber. Protestantes, anglicanos, luteranos y católicos forman parte de la única comunidad religiosa ecuménica del mundo. En la actualidad pertenecen a ella unos 120 hermanos de distintas confesiones, provenientes de una treintena de países y de los cuales 75 viven en esta aldea francesa. El resto está en Bangladesh, Brasil, Senegal o Corea del Sur. Desde siempre, el hermano Roger, creador de la orden, deseó que los hermanos estuvieran presentes donde hay divisiones y conflictos y trabajaran por la reconciliación.

Los miembros de la comunidad tienen votos de celibato, comunidad de bienes (que incluye compartir también lo que uno es) y comunión, que consiste en decidir todo en común y que sustituye al voto de obediencia habitual en las comunidades religiosas, ya que al fundador le planteaba algún conflicto tras lo ocurrido durante el nazismo.

Cada semana, en verano, entre 3.000 y 5.000 personas pasan por Taizé. En el mes de agosto se bate el récord, con unos 6.000 visitantes, procedentes de unos 80 países. Al año pasan por aquí más de 100.000 personas, lo que supone un millón de comidas al año. Los países con más visitantes son Francia, Alemania, Italia, España y Suecia. La mayor parte vienen por primera vez y son muchos los que vuelven. La mayoría es creyente. Los jóvenes europeos que llegan de voluntarios para pasar en Taizé una semana se pueden quedar hasta un año si así lo deciden. Otra opción es quedarse a hacer una semana de silencio.

La comunidad no acepta donativos, sino que se gana la vida trabajando. El trabajo de acogida sale adelante gracias a la acción de los voluntarios. Hacer la comida, limpiar, recibir a los recién llegados… todo aquel que llega a Taizé colabora de algún modo. Especialmente los voluntarios que pasan en la comunidad más tiempo, durante meses.

El 20 de agosto de 1940, el hermano Roger llegó a Taizé en bicicleta desde Suiza con la intuición de acercarse a los que estaban pasando las dificultades de la guerra. Le había marcado la figura de su abuela materna, una mujer que vivió en el norte de Francia durante la primera guerra mundial y comprendió que los cristianos tenían que buscan la reconciliación para que hubiera paz en el continente. Ella era protestante, pero iba a la iglesia católica cada día, como gesto de reconciliación, y en su casa recibía a gente que pasaba dificultades. Durante la segunda guerra mundial, inspirándose en ella, él llegó a esta aldea francesa con la intuición de acoger en casa a los refugiados políticos, muchos de ellos judíos que escapaban de los nazis. No les preguntaba quiénes eran. Durante dos años, el hermano Roger vivió en Taizé rezando y recibiendo a gente en casa. Ayudaba a los refugiados a pasar y un día no pudo volver, porque la casa había sido ocupada por los alemanes. Roger tuvo que huir a Ginebra y empezó a vivir con un grupo de amigos, estudiantes de Teología, en una pequeña comunidad, en la que nació la semilla del deseo de crear una vida comunitaria. Empezaron a rezar juntos y, en 1945, volvió a Taizé y comenzó la vida comunitaria, “con la intuición de buscar la reconciliación entre los cristianos. Desde entonces, el hermano Roger y su hermana -una pianista de 96 años de edad que dejó Ginebra para vivir en Taizé- adoptaron 20 huérfanos de guerra. Él siempre quiso que el pueblo de Taizé acogiera refugiados.

“Buscar otra manera de ser iglesia, es lo que intentamos hacer el Taizé”, me explica uno de los hermanos.

2 comentarios:

kino dijo...

Si la verdad que Taizé es un lugar donde beber de la fuente. Allí está presente Dios, el espíritu santo, el chi, la energía esencial , como le querais llamar. Todo es amor.
Y ese amor lo palpas en el ambiente, es como mágico.Lo palpas en las personas, en las plantas y en los animales.
En la zona de abajo hay un pequeño lago para meditar y contemplar en tus ratos de soledad. Allí hay fochas, aves acuáticas muy desconfiadas en la naturaleza. Pues nunca había visto antes estos animales tomar la comida que le damos de la mano.
La oración y la vida sencilla es otro aspecto fundamental que caracteriza a esta comunidad. la oración muy sencilla con cantos repetitivos o mantras que poco a poco van penetrando en tu interior.
Es algo a experimentar yendo allí ya que yo estariía días y días hablando y no creo que acabara de explicar con palabras lo que allí se puede vivir.

Kino

Eva Medina dijo...

Quiero ir, quiero ir a Taizé. María, gracias por compartir.