esencia

Dicen que el camino más largo es hacia el interior: dura toda la vida. Y que solamente podemos cambiar el mundo si cambiamos por dentro. En realidad, creemos que nos transformamos y lo que hacemos es encontrarnos con nuestra propia esencia. Porque la única tarea del ser humano es SER humano y el propósito de la vida consiste en VIVIR: te invito a ser TÚ, tu ser auténtico.

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sábado, 21 de mayo de 2011

España despierta

Por una libertad real YA

En los últimos días, miles de personas han salido a las calles de diversas ciudades españolas para mostrar su indignación ante la situación actual. Por fin, España despierta de un largo letargo. Me sorprende que no nos hayamos movilizado mucho antes; ahora bien, quien esté libre de responsabilidad que tire la primera piedra, porque nadie (o casi nadie) nos hemos movido del sofá hasta ahora.

Personas progresistas y conservadoras; de derechas, izquierdas o apolíticas; ateas, agnósticas, religiosas o espirituales… gente de todo tipo y condición que, simplemente, sueña con un mundo mejor. Otro mundo es posible, un mundo en el que las personas seamos felices, respetuosas con las diferencias y libres. En definitiva, HUMANAS. No olvidemos que “utopía” es, según la RAE, un “plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación”; es decir, aquello que todavía no se ha realizado. La vida se vive viviendo así que: seamos utópic@s.

Piden –pedimos-, entre otras cosas, una democracia real, lejos de la “partidocracia” y el bipartidismo PPSOE; la reforma del sistema electoral; una justicia eficaz e independiente; una banca pública (personalmente, matizaría y hablaría de una banca ética, es mi opinión). Hay quien propone sustituir la expresión “¡Democracia Real YA!” por “¡Libertad Real YA!”. Como dice un letrero: “no somos antisistema, el sistema es antinosotr@s”. Por supuesto, quien no quiera ver tiene todo el derecho del mundo a taparse los ojos.

Durante unos días, yo también he mantenido un sano –así lo considero- escepticismo. Espero que este movimiento no sea una maniobra de ningún grupo organizado. Deseo también que esto no sea un sueño del que toque despertar y que las movilizaciones continúen después del 23 de mayo, tras las elecciones en España. Confío, en fin, en que las personas que hemos salido a la calle para pedir un cambio hemos realizado antes un cambio personal, interno y profundo. Porque “no podemos cambiar el mundo si antes no cambiamos nosotros por dentro”. Siento que asisto a un momento histórico, algo que lleva años gestándose. Los grandes maestros espirituales hablan desde hace tiempo de una profunda transformación; un cambio de era, dicen algunos y algunas. Los cambios siempre dan miedo y, frente al miedo, lo único que podemos hacer es mirarlo cara a cara.

En la manifestación que el 15 de marzo de 2011 recorre las calles de Madrid, me río con consignas como “¡íto, íto, íto, quiero mi pisito!” o, caminando hacia detrás, “¡con este sistema vamos de culo!”. Otras meten el dedo en la llaga: “presupuestos militares para gastos sociales”. En definitiva, “no falta dinero, sobran ladrones”. Por supuesto, como siempre, hay quien aprovecha para exponer sus reivindicaciones particulares y partidistas. De todo tiene que haber en la viña del señor. Eso sí, no permitamos que se nos manipule, desde ningún lado. Esta ola ha de trascender ideologías y creencias. 

En casa, estos días intento enterarme de lo que está pasando en la calle. En varios momentos enciendo el televisor y la radio: ni una palabra. Me conecto a Internet y por fin, me informo. Leo el manifiesto. No, no se trata de que esté de acuerdo con todo lo que se pide; tampoco justifico jamás la lucha ni la violencia; sí creo que es necesario un cambio real, profundo y pacífico, social y económico. Un cambio de sistema con el que llevamos años soñando miles de personas. Y como soñar es gratis y, además, humano, decido salir a la calle porque, como leo en un cartel: “deseo, luego existo”.

Me cuentan que el movimiento está organizado por algún grupúsculo interesado. Me acerco a la concentración de la Puerta del Sol, en Madrid, para comprobarlo con mis propios ojos. Una vez más, me encuentro con personas de todo “color”, edad y condición. Incluida la “generación NI NI”: ni PP ni PSOE”. Compruebo por mí misma que cualquiera puede apuntarse para formar parte de la organización; también tienes la posibilidad de tomar el altavoz para expresarte libremente y todo se está desarrollando de manera asamblearia. Algo con lo que llevan –llevamos- años soñando grupos tan diversos como ONGs, asociaciones, cooperativas, humanistas, grupos cristianos, “biodanceros”, yoghis… y mucha gente de bien no adscrita a ninguna ideología ni creencia particular. Una estructura horizontal es posible y, en muchas organizaciones, es una realidad desde hace años.

Emoción se palpa en el ambiente cuando se despliega una pancarta con el lema: “el conocimiento nos hace responsables”. Emoción profunda al grito de “¡el pueblo unido jamás será vencido!” Esto empieza a ser una sociedad participativa. SIN MIEDO

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