esencia

Dicen que el camino más largo es hacia el interior: dura toda la vida. Y que solamente podemos cambiar el mundo si cambiamos por dentro. En realidad, creemos que nos transformamos y lo que hacemos es encontrarnos con nuestra propia esencia. Porque la única tarea del ser humano es SER humano y el propósito de la vida consiste en VIVIR: te invito a ser TÚ, tu ser auténtico.

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sábado, 28 de mayo de 2011

Reflexionando sobre la Spanish Revolution

Sentadas con sentido

Numerosas personas me comentan que todavía no se han unido a la Spanish Revolution porque no tienen claras algunas cuestiones al respecto. Lo entiendo. Yo también soy humana y tengo mis miedos, dudas y un montón de preguntas sin responder. Ahora bien, me parece un avance que, después de meses quejándose, un grupo de personas se haya movilizado. Eso ya merece mi aplauso. No encuentro justificación a que alguien esté indignado, se queje de todo, no le convenzan ni los unos ni los otros y siga sin levantarse del sofá. También considero un logro que se empiece a hablar de un cambio que lleva años gestándose. Los detalles del mundo que queremos construir se irán perfilando; ahora lo importante es dar el primer paso y, al menos, intentarlo. Por último, me parece esencial insistir en que el movimiento somos tod@s (porque, al fin y al cabo, tod@s somos un@) y por lo tanto, cualquiera puede unirse, mostrar su indignación y expresarse. Si no, esto no tiene sentido.

Lo maravilloso del ser humano es que es un ser… racional. Y además, emocional. Y también instintivo. Y espiritual, trascendente, instintivo, creativo… Constantemente puede CREAR su propia realidad. Y si ya no le sirve una estructura, construir otra nueva.

El domingo 15 de mayo, decidí participar en la manifestación Por una Democracia Real Ya en Madrid. En el autobús coincidí con dos personas que iban a lo mismo y entablé conversación con una de ellas. “Qué, pena”, íbamos comentando por el camino, “porque nos quejamos de la crisis y luego seguro que somos cuatro gatos”. Al llegar a la plaza de Cibeles no podía dar crédito a lo que estaba viendo: una masa de gente abarrotaba la calle Alcalá, aparentemente (y así era) hasta la puerta del Sol.

Una semana después caminaba por la madrileña plaza del Carmen y observaba a decenas de personas sentadas en corrillos en el suelo debatiendo los problemas que de verdad nos preocupan: empleo, vivienda, medioambiente… Esto es un sueño hecho realidad.

“Empiezo a ser escéptico con mi propio escepticismo”, escribía alguien en su muro del Facebook.

Confío en que el mundo que dejaremos a nuestros descendientes será mejor. Los cambios sociales suelen traer avances. Por desgracia, también surgen nuevas estructuras de dominación. Pueden surgir luchas de poder. La única solución es que cada cual se trabaje su propio ego. Para profundizar, una excelente herramienta es la meditación, cuyos efectos ya están demostrados científicamente. Propongo que nos sentemos a interiorizar, además de, por supuesto, hacerlo para hablar. Este movimiento ha de partir de la autonomía personal para poder construir una soberanía popular.

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